Introducción
El término
“economía colaborativa” o “consumo colaborativo” resulta ajeno para gran parte
de la población, probablemente porque forma parte de la “nueva era”: la era
donde se han reinventado los esquemas de comunicación y tecnología.
Se sabe que la economía
colaborativa es un nuevo “modelo económico” que surge como respuesta a las
necesidades demandadas por las personas en el mundo; si bien, según los
estudiosos del caso, es una respuesta a la fuerte crisis mundial del 2008 y
resultado del gran auge del internet. La economía colaborativa
se conoce como un nuevo
sistema económico en que se comparten e intercambian los bienes y servicios que
solían ofrecerse de la manera tradicional, es decir, esta redefinido por las
tecnologías de la información y
comunicación.
A pesar de que
la economía colaborativa se dio a conocer principalmente en 2008, fue en el
2010 cuando un mayor número de personas comenzaron a tener conocimiento de
ésta, principalmente por la publicación del libro de la autoría de Roo Rogers y
Rachel Botsman.
La divulgación y
conocimiento del consumo colaborativo se dio principalmente en los países industrializados,
ya que en estos países las tecnologías de la información juegan un papel más importante
que en los países en vías de desarrollo. Los ejemplos más claros de la economía
colaborativa se encuentran fuera de los límites de nuestro país. La problemática
que se plantea es ¿cómo se han visto beneficiados los diferentes sectores de la
población con la economía colaborativa? y ¿qué papel ha jugado la economía
colaborativa en México?
Basado en lo
anterior, la tesis que se defenderá es que el consumo colaborativo es un modelo
económico innovador correspondiente a la nueva era digital que debería ponerse
en práctica en más regiones de México.
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